Desde 1900 y hasta la actualidad, diversos acontecimientos se han sucedido en la historia contemporánea de Cervera de la Cañada, pequeña localidad del valle del Ribota que asomaba al siglo XX con una población en torno a los 900 habitantes.
Durante las dos primeras décadas de esta centuria, sus gentes atravesarán por una difícil coyuntura económica, existiendo escasos recursos en las arcas municipales y una reducida inversión en política de obras públicas. No obstante, la población cervereña contemplará la construcción de un nuevo cementerio en 1904, así como la traída de aguas a la localidad en 1906 junto a la construcción de una bella fuente de hierro fundido (Fuente de la Bienvenida).
Por otra parte, el sector agrícola sufrirá las negativas consecuencias de una ingrata meteorología. Y en el ámbito sanitario, como sucedió en el resto de Aragón, la epidemia de gripe de 1918 vino a condicionar en parte la vida municipal. Poco después, en el ámbito de las comunicaciones, se producirá en 1922 el establecimiento del teléfono público.
A partir de 1923, y ya durante el periodo de la dictadura de Primo de Rivera, los cervereños verán construidas unas nuevas escuelas municipales en 1926. Y tres años más tarde, en 1929, sus habitantes presenciarán con ilusión la inauguración del tramo ferroviario Calatayud-Soria, perteneciente a la línea Santander-Mediterráneo, lo que abriría nuevas esperanzas de futuro en la comarca.
Durante la II República (1931-1936), el paro obrero y el enrarecimiento social harán acto de presencia entre la población cervereña, especialmente en los últimos meses en los que el clima de inestabilidad social tendrá como protagonistas a los obreros del campo, quienes intentaban mejorar sus condiciones laborales.
Posteriormente, a partir de julio de 1936, las difíciles condiciones derivadas de la Guerra Civil impregnarán la vida cotidiana y social, quedando la comarca de Calatayud adherida a la zona franquista, en la retaguardia. Las autoridades exigirán a los cervereños un denodado esfuerzo económico y patriótico con objeto de que las fuerzas conservadoras alcanzasen el triunfo final. Por otro lado, la represión recaerá sobre los elementos locales izquierdistas, los cuales sufrirán la incoación de expedientes por responsabilidad civil y la Ley de Responsabilidades Políticas.
Una vez finalizada la contienda en 1939, las dificultades económicas proseguirán durante los primeros años de la dictadura franquista. La población cervereña padecerá escasez de productos alimenticios y las cartillas de racionamiento vendrán a presidir la vida de las familias. Y los valores nacionalcatólicos de la nueva España de posguerra se llegarán a reflejar en 1945 con la erección en la localidad del monumento dedicado al Sagrado Corazón de Jesús.
Durante los años cincuenta, todavía dentro de un contexto de apreciable contracción económica, se pavimentarán varias calles. Esta política municipal de obras continuará en los años sesenta. Y será a mediados de esta década, en 1965, cuando comience a abrirse un nuevo horizonte en el sector agrícola con la fundación de una Cooperativa vinícola.
Los últimos años del franquismo contemplarán en Cervera la construcción de una nueva casa consistorial en 1970. No obstante, los agricultores locales tendrán que padecer en los años venideros los gravosos efectos de la meteorología. Por otra parte, la juventud cervereña intentará revitalizar culturalmente el ambiente de su localidad, con el firme propósito de frenar en parte la emigración de sus gentes hacia la ciudad.
En las dos últimas décadas del siglo XX, y ya con una constitución democrática rigiendo los destinos políticos del país, se llevarán a cabo determinadas mejoras materiales en la localidad. De este modo, los años noventa serán testigo –entre otras cosas– de la construcción del Centro de la Tercera Edad y de las piscinas municipales.
Con la llegada del siglo XXI, y a partir del año 2001, los cambios en la fisonomía de la localidad cervereña han sido significativos. Ese mismo año, su templo parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, joya del arte mudéjar aragonés, fue incluido por la Unesco en la declaración de Patrimonio de la Humanidad.
Por otro lado, además de las mejoras en vías urbanas, rehabilitación de algunos edificios municipales y diferentes restauraciones en la iglesia parroquial, han surgido en los últimos años nuevas entidades culturales, como la Asociación Cultural de Mujeres “Las Ciervas” (2007), la Asociación Recreativa Cultural “San Gregorio” (2009) o la Asociación Cultural “Los Bubillos” (2018), que intentan dinamizar un variado abanico de actividades. Finalmente, reseñar que –tras la reciente pandemia provocada por la COVID-19 en 2020– la vida de los cervereños ha regresado a la normalidad con nuevos impulsos y esperanzas de cara al futuro.
Javier Costa Florencia


Castillo
La parte más antigua de Cervera la de Cañada la encontramos en los restos de su castillo, los cuáles se aprovecharon posteriormente para la construcción de la iglesia. Se conserva un torreón circular de sillar de piedra, que, probablemente,formara de un conjunto fortificado

Patrimonio Mundial
La iglesia de Santa Tecla es una iglesia fortaleza adaptada al lugar donde se construye. Fue declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2001 por su estilo único en el mundo, además de por su magnífica conservación.